Los primeros años de vida: cuando la nutrición es lo más importante
Los primeros años de vida: cuando la nutrición es lo más importante
Si hay algo en lo que neonatólogos, pediatras y nutricionistas estamos totalmente de acuerdo, es en la importancia de la nutrición durante los primeros 1000 días (2 años) del bebé. En este periodo es cuando ocurren grandes progresos y procesos a nivel físico, hormonal y cerebral que construyen los cimientos de la salud para el resto de la vida.
Los primeros dos años son una etapa de enorme potencial y, a su vez, de gran vulnerabilidad para los niños, pues es cuando el cerebro comienza a crecer y desarrollarse, y se sientan las bases para gran parte de las habilidades que se utilizarán en el futuro. Por eso, el cuidado y la alimentación van a tener un profundo impacto en la capacidad del niño para crecer, aprender y desarrollarse.
Las investigaciones en neurociencia, biología y desarrollo infantil soportan esta idea, pues han demostrado que el desarrollo del cerebro es más rápido durante los primeros años, y que la desnutrición durante el embarazo y la primera infancia puede afectar negativamente la cognición, el comportamiento y la productividad en los años de edad escolar y, posteriormente, en la etapa laboral.
Con la nutrición adecuada (lactancia materna hasta los dos años de edad) se proporciona energía esencial, proteínas, ácidos grasos y micronutrientes, que van a permitir que la interacción del niño con el entorno sea adecuada y se alcance un desarrollo saludable.
Te explicamos puntualmente, cómo la nutrición contribuye al desarrollo
Nutrición y desarrollo cerebral del bebé
Después del nacimiento, el crecimiento del cerebro depende fundamentalmente de la calidad de la nutrición del niño. La leche materna ofrece la mejor combinación de nutrientes para promover el crecimiento del cerebro.
A partir de los 4- 6 meses se sugiere adicionar alimentación complementaria para suplir otras necesidades nutricionales.
El crecimiento del cerebro requiere de los siguientes nutrientes:
Hierro, pues es fundamental para mantener un número adecuado de glóbulos rojos portadores de oxígeno, que a su vez son necesarios para impulsar el crecimiento del cerebro.
Ácidos Grasos, pues son claves en el proceso de mielinización. En proceso en el que se recubre de mielina ciertas partes de las neuronas para brindarles protección, y así permitir que los estímulos nerviosos que envía el cerebro a través circulen correctamente.
En los primeros años de vida, los niños necesitan un alto nivel de grasa en su dieta -un 50% de sus calorías totales- hasta los dos años de edad. A partir de los dos años de edad, los niños deben comenzar la transición a un nivel de grasa más saludable (no más del 30% de las calorías totales).
Colina
La colina es un nutriente esencial similar a la vitamina B que está involucrado en varios procesos fisiológicos, incluyendo el metabolismo normal, el transporte de lípidos y la síntesis de neurotransmisores.
Esta es esencial para el desarrollo óptimo del cerebro e influye en la función cognitiva en la edad adulta.
Las buenas fuentes dietéticas de colina incluyen huevos, carne, pollo, pescado, vegetales crucíferos, maní, y productos lácteos. Por eso se sugiere incluirlas en la dieta de la madre durante el embarazo y el postparto; y la dieta del niño, cuando inicia la alimentación complementaria.
Y otros más como Calcio, Zinc y Vitaminas que se encuentran en la leche materna.
Para saber si tu hijo está recibiendo una nutrición adecuada es importante que acudas a los controles con tu médico, de manera que te pueda indicar si necesitas variar, ajustar o mantener la alimentación de tu hijo.